Mantener un presupuesto es difícil. Es incluso más difcil cuando tienes niños porque ellos quieren muchas cosas. Mantenerse por un buen camino es dificil porque hay muchas cosas que estan dirigidas a ellos (por medio de ellos, a ti), especialmente la ropa y zapatos pequeñitos que son tan hermosos y casi irresistibles. Te sientes culpable cuando no estás al día en todas las actividades y dispositivos que tu vecino tiene para sus hijos. Lo entendemos. Así que hemos dedicado un poco de tiempo pensando en algunas de las grandes áreas de gasto que encontramos como padres de familia, y en cómo ser inteligentes a la hora de gastar.
Productos de seguridad, ropa, comida, productos de higiene; incluso esta lista de productos necesarios puede ser abrumadora. Te daremos un secreto: compra productos de segunda mano. Es cierto, lo que dijimos. Aparte de un asiento para carro (para tus niños pequeños), cepillos de dientes o colchón, mucho de lo que necesitarás para tus niños desde que nacen hasta más o menos escuela intermedia puede ser comprado de segunda mano sin ser de mala calidad. Vamos al Érase una Vez unos Niños que debían cambiar de guardaropa dependiendo de la temporada. Después, deja que los abuelos y amigos añadan articulos divertidos para las festividades o los cumpleaños.
Para ahorrar en comida y medicamentos, recomendamos comprar al por mayor, si puedes. Para todo lo demás: compra marcas genéricas y ahorra montones.
Sabemos que los servicios de cuidado para niños en sus primeros años puede ser bastante costoso. Tanto, que muchos padres de familia ni siquiera piensan en ahorrar para educación superior sino hasta que sus hijos están casi que en la escuela intermedia. Sin embargo, si abres una cuenta a nombre de tus hijos ahora (ahorros, 529, cualquiera sea la que tu asesor financiero te recomiende dependiendo de tu situación), la presión no será tan alta, y tus pequeñas contribuciones tendrán tiempo de sobra para acumularse.
No te compliques comprando los mejores y más novedosos juguetes, sobre todo cuando tus hijos son pequeños. En lugar de eso, invierte en experiencias desde su infancia. Es más probable que recuerden todos los viajes familiares al acuario y a los museos que el aparato de plástico que les regalaron cuando tenían cuatro años. Esta es una forma estupenda de involucrar a los abuelos y a otras personas que les regalan cosas. Pídeles que contribuyan para una membresía en el museo infantil local, o clases de natación de verano o a la inscripción en un equipo deportivo. Los bonos de ahorro u otras contribuciones a la educación de tus hijos también pueden ser un buen regalo. Tus hijos estarán mucho más saludables y tú te sentirás mucho mejor con tu inversión.
Esta es una de nuestras prácticas favoritas, que no muchos padres llevan a cabo, pero los que sí lo hacen confían plenamente en ella. Este método es exactamente lo que indica: en lugar de tener cajones de juguetes gigantes en los que se tira todo al final del día, rota los juguetes con más frecuencia. Se requiere un armario libre (u otro sistema de almacenaje) que puedas dedicar a los artículos que no están a disposición de los niños, y unas estanterías del tamaño y la altura adecuados para que ellos puedan alcanzarlas por sí solos (se puede empezar desde que son bebés). A continuación, pon varios juguetes en una bandeja, una cesta o sobre la estantería, de modo que el niño(a) pueda ver fácilmente lo que hay. Luego, ¡siéntate y observa! Presta atención a lo que usa y a lo que no, y haz los ajustes necesarios.
Además de la modalidad de solicitar regalos para tus hijos centrándote en la experiencia, es importante que te pongas límites a ti mismo. Algunos padres compran tantos regalos para el niño(a) de acuerdo a los años que tenga. Otros crean categorías, de modo que cada año el niño(a) sabe que recibirá "algo que quiere, algo que necesita, algo que ponerse y algo que leer". Ver cómo los padres van a interpretar las "normas" este año también genera entusiasmo en los niños. También es un buen parámetro para que los padres piensen en lo que el niño(a) realmente quiere y necesita, y les permite destinar algunas de esas necesidades al presupuesto para diversión.
No mires Pinterest cuando se acerque el cumpleaños de tus hijos. Repito: no mires Pinterest. Te gastarás tanto como el dinero de la hipoteca y aún así (probablemente) no estarás satisfecho con el resultado. Seamos sinceros: lo estás haciendo por ti o por los otros padres de familia, no por tu hijo(a). En vez de eso, trabaja contra las presiones sociales e imagina qué tipo de celebración de cumpleaños le gustaría a tu hijo(a). Si se inclinan por lo dramático y lo exagerado, no te limites a preguntarles qué tipo de fiesta quieren, mejor dales opciones. Por ejemplo, pregúntales si prefieren celebrar la fiesta en la piscina del vecindario o en el jardín de casa. Después, pueden elegir juntos la decoración. Fija un límite de dinero antes de ir a la tienda y cuéntalo mientras compran. Si tienes un introvertido entre manos, probablemente una gran fiesta no esté en su lista de deseos. Quizá lo ideal sea una cena especial con la familia o una excursión de un día con uno de sus mejores amigos.
Si realmente quieres, puedes gastarte una pequeña fortuna en fotos profesionales de tus hijos durante sus primeros cinco años. Estamos hablando de decenas de miles. Para la mayoría de nosotros, no es una forma razonable de invertir dinero. Así que sé consciente de lo que haces, cuándo y por qué. Sé realista respecto a lo que piensas hacer con esas fotos. Si tienes la tentación de realizar una gran sesión anual de fotos para conseguir la ideal para la postal de Navidad, piénsalo otra vez. Muchos fotógrafos hacen minisesiones con Santa Claus y otros escenarios a precios muy reducidos. También puedes buscar lugares gratuitos en tu localidad en los que un amigo pueda tomarte unas cuantas fotos para la tarjeta. Lo más probable es que sean suficientemente buenas. Por otro lado, si vas a llenar las paredes de fotos profesionales y eso es algo que te apasiona, consulta con fotógrafos de tu zona para ver si te ofrecen descuentos por reservar varios años seguidos. También puedes conseguir una cámara profesional de segunda mano y hacerlo tú mismo.
Aunque no siempre es fácil, es posible ajustarse a un presupuesto incluso con niños. Piensa con anticipación, establece límites (para ti y para ellos) y reconoce que el tiempo de calidad es aún más importante que los regalos costosos. Comparte tu nueva filosofía con los que forman parte de la vida de tus hijos.
